sábado, 16 de junio de 2018

El juego metaficcional en «Tercera Persona» de Giovanni Rodríguez.




Breve reseña: El juego metaficcional en Tercera persona

Recomiendo la lectura de Tercera persona (Uruk Editores, Costa Rica, 2017) del escritor santabarbarense Giovanni Rodríguez (HN, 1980), cuya trama es su vida y la escritura de su vida como novela, ineludible influencia de Vila-Matas (reléase El mal de Montano) y Javier Marías (reléase Todas las almas), pero en ella, además, se encuentran ciertos momentos reflexivos al estilo de Sabato en La resistencia y ese regusto que dejan las novelas de Walser, o las reminiscencias de la angustia de un Oliveira en una vida y tiempo sin sentido. Tampoco queda indemne el lector del tono melancólico recurrente que lo convierte en «ese otro» personaje «introspectivo», aunque a veces parsimonioso, en el que el autor se convierte; pero también hay momentos intensos y rítmicos al inicio de su novela: «Yo siempre le había dicho que amara» que se repetirá en páginas sucesivas. En la novela de Rodríguez podría contestarse una posible «solución» o «salida» a esa pregunta de Blanchot citada por Vila-Matas de «¿cómo haremos para desaparecer?» como mecanismo de autoficción, es decir la creación de ficciones a partir de elementos autobiográficos con sus dramas de vida, amor, enfermedad y muerte, cuyos escenarios se desarrollan entre cuatro países: Honduras, España, Francia y Holanda, en los últimos dos como tretas ficcionales que el narrador desmentirá en los momentos menos esperados, cuando el lector haya caído en la trampa de sus viajes imaginarios. De todas sus novelas, me quedo con esta. Rodríguez se transforma en una especie de Pessoa o de Sabino (en «De todo, tres cosas»). Por supuesto, hay otros puntos que abordar, pero tal tarea la delego a otros lectores y lectoras. Por mi parte, cierro con que no dudo que se convertirá en una lectura indispensable en actuales y futuros lectores de nuestra región. Como dice Shakespeare: «…resistirá las mordeduras del tiempo…» porque el narrador ha sabido ganarse nuestra «confianza» como lectores en términos de verosimilitud. 



Gustavo Campos
16 de junio de 2018